miércoles, 17 de octubre de 2012


La Modestia en el Deportista


Cuando un deportista logra buenos resultados o grandes proezas en los campos de competencia suele manifestarse en algunas ocasiones la sugerencia por parte de padres de familia, amigos y/o entrenadores de fomentar la modestia ante lo conseguido ya que de no hacerlo se podría ocasionar una sobre-valoración de las cualidades del deportista o una distorsión del concepto mismo.

Según el diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe: modestia se refiere a la humildad, a la falta de vanidad y no ostentación de los propios méritos. Esta actitud o cualidad puede conceder al deportista exitoso una virtud más en la constitución de su personalidad, esta actitud pretendida como medio para alcanzar un control emocional implica el dominarse en las expresiones y hasta pensamientos que surgen como consecuencia de la satisfacción del logro alcanzado. Con esta referencia ¿cuales son las actitudes adecuadas que no vayan fuera de los límites de la modestia? “todas aquellas que reflejen satisfacción”, sin caer en expresiones ofensivas a los demás, no confundir con la euforia  que es una sensación de intensa alegría y que se exterioriza muchas veces de forma exaltada.

Los límites del concepto de modestia están señalados mayormente por el contexto social al que se pertenece, el medio en el que se realiza la práctica deportiva define lo que es o no una actitud modesta, a esto se suma el criterio propio basado en la escala de valores y experiencias personales. Vale la pena resaltar que el fin de la modestia es evitar la inestabilidad emocional, más no desmerecer la importancia del éxito, el solo hecho de hacer deporte merece ser valorado para el desarrollo de una mente saludable.


Existen algunos riesgos en el mal manejo del término modestia, por ejemplo se puede descuidar el reconocimiento a logro alcanzado, necesidad normal en el ser humano y según la teoría de Axel Honnet la ausencia de reconocimiento afectaría la integridad, la autonomía personal y su autonomía moral, de ahí que la expresión de los sentimientos de satisfacción, felicidad cumplen un papel importante de la salud y más aun de la fortaleza mental. Otro riesgo es el de llegar a desarrollar actitudes negativas, una de ellas es la falsa modestia, que pretende provocar halagos por medio de comentarios como: ….Realmente no soy tan bueno….,…No me merezco tanto…,…lo  que he logrado no es nada…, u otras frases con las que se espera recibir una corrección gratificante que adule el ego.

El tipo de personalidad del deportista, influirá directamente sobre el efecto de los reconocimientos, que puede dar lugar a formas de respuesta que van desde un extremo donde están aquellos deportistas que por timidez sienten no merecer reconocimiento a los paranoicos que especulan sobre cual es el fin o el interés del halago. Sea cual fuere la conducta del deportista o del medio ante un resultado es importante insistir sobre la diferencia entre falsa modestia y modestia cuyo espacio abismal señala de un lado a los falsos de la verdad a cambio del halagó, a los manipuladores de los comentarios para recibir alimento para su vanidad, para su narcisismo, al presumido, hay que diferenciarlo del modesto que mantiene el equilibrio en el remanso de sus pensamientos, no requiere de vanagloria para su felicidad, no requiere de la jactancia para ser reconocido, sus méritos son virtudes admiradas por la seguridad que estos transmiten. Es por si mismo un ser maduro su alegría se torna en afecto percibido y disfrutado por los demás.

El deportista modesto reconoce la importancia de sus cualidades psicológicas, las cultiva como medio para asimilar las cargas  de entrenamiento, conoce de su potencial y se siente digno del mismo, lo exterioriza en su actitud y en palabras como muestra de capacidad, honrando aquello que representa no lo dice esperando alabanzas, sino como una muestra de respeto por si mismo y a los demás. No exhibe su destreza a cambio de la simpatía la exhibe como muestra de identidad, de congruencia con su lucha por ser un mejor  ser humano.

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