Una de las curiosidades
del deporte es que pese a la gran importancia que se concede a la preparación
mental para la competencia por parte de deportistas, entrenadores y otros, son
pocos los que en la práctica realizan un proceso de preparación psicológica estructurado
e incorporado en el plan de preparación física. Las cualidades psicológicas
individuales innatas o adquiridas necesitan maestría y desarrollo consciente
para su influencia positiva en el rendimiento.
En todo caso, preparado
mentalmente con anticipación o no, es probable que se experimenten
diversas emociones, sensaciones y pensamientos poco oportunos previos a una
competencia, Sean McCann del Comité Olímpico Estadounidense recomienda se
considere contar con un plan de coaching para los últimos minutos antes de la
competencia, donde si bien el resultado deportivo es lo primordial, se tenga
una meta psicológica (mentalidad, emociones y actitudes ideales para el día de
competencia), un plan concreto que permita manejar el estado de pre-arranque de
manera eficiente.
En situaciones de
competencia por diversos factores el estado psicológico podría verse
desestabilizado o desviado del estado ideal requerido para el rendimiento
óptimo, he aquí algunas sugerencias que podrían ser de utilidad para esos
momentos:
1. Hacerlo, ¡solo
hazlo!, no llene su mente de información innecesaria, el preocuparse por el
resultado, ¿qué si pierdo…? y ¿qué si me val?, son interrogantes demandan
atención y generalmente distraen al deportista o esparcen dudas, busque hacer
algo útil o relajante, prepare su equipo o accesorios deportivos, escuche
música, disfrute del escenario, etc., y a deleitarse de aquello para lo que
tanto se preparó, años de entreno para estar una competencia no pueden ser sino
motivo de gran satisfacción.
2. Valentía,
active la valentía, los nervios, la presión o ansiedad pueden atentar contra el
estado competitivo óptimo, estas emociones son parte también de los minutos
previos a competir, no las evada o reprima, si se presentan manéjelas o úselas
como estimulante, “Yo convierto la presión en un impulso, desafío, y si siento
temor eso me recordará que es momento de ser más valiente”, no evado lo difícil
lo uso para desarrollar lo mejor de mi, si siento nervios es porque esta
competencia es importante para mi lo que me recuerda que es hora de generar
actitud luchadora.
3. Atención, previo a la
concentración requerida en la competencia la atención puede jugar un rol
trascendente, lo peor que se puede hacer es detenerse en una idea negativa,
este hecho suele ser el inicio de una apatía o fiebre de arrancada. Dirija la
atención a estados deseados, céntrese en las actitudes útiles, postura corporal
adecuada, mirada, repita imágenes recuerdos de valor e inspiración, repita
pensamientos positivos en pocas palabras (seguro, seguro….), repítalos hasta
que se conviertan en un hábito o en una rutina para las siguientes
competencias.
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